EL CAMBIO COMO CONSTANTE

            “Parece contradictorio que el cambio pueda funcionar como un punto fijo de referencia para nuestras vidas. Pero muchas situaciones serian menos confusas y angustiantes, y evitaríamos muchos malestares innecesarios si pudiéramos aprender a vivir con el hecho de que el cambio es lo único constante en la vida.

            La adaptación al cambio es un proceso que puede provocar sentimientos fuertes. El éxito del mismo depende precisamente de cómo manejemos estas reacciones emocionales. Necesitamos tanto la destreza como la voluntad para tolerar el malestar creado por estos sentimientos y, en un momento dado, estar dispuestos a aceptarla realidad, dejar el pasado atrás y poner la nueva situación a funcionar a nuestro favor. Es importante comprender que cualquier cambio implica de alguna forma la perdida de algo conocido, seguro o querido, por lo que requiere de un periodo de duelo.

            Necesitamos un ancla. Y esa ancla debe estar posicionado en el interior, en la autoestima. Autoestima significa que la seguridad propia esta anclada en un sentido fuerte de valor propio y en una confianza fundamental en nuestra capacidad para manejar los retos de la vida.

            Ten en cuenta que un crisis no es necesariamente negativa. Con la crisis, nuestros fundamentos se ven sacudidos y nos vemos obligados a enfrentarnos con mayor sinceridad a nosotros mismos y a la vida que estamos llevando.

            El cambio ciertamente es una constante. Nuestras reacciones ante los cambios no tienen por que serlo. No podemos reaccionar pasivamente ante todos ellos o de manera agresiva, reactiva. Cultivar la autoestima brindara la base emocional para que, cuando llegue el momento, pueda servir de faro en medio de la turbulencia. Recuerda, un cambio no siempre es una crisis, un cambio siempre representa una oportunidad, en el peor de los casos, de aprendizaje. Externo y visible o interno e intangible.”

Tomado de “El éxito es ser uno mismo” de Jan Moller