En estos últimos años, es prácticamente imposible leer
algún texto referente a la motivación y el crecimiento personal que no mencione
la palabra paradigma. En los seminarios, audiolibros y blogs se repite una y
otra vez: “Hay que cambiar los
paradigmas” “Eso es un paradigma” “Paradigma,
paradigma, paradigma” Sin embargo, más que una moda, tiene que ver con el
hecho de que es imposible lograr un cambio importante en nuestra actitud sin
sacudir algunos cimientos primero, sin revisar algunos esquemas mentales
oxidados.
Pero ¿Qué es un
paradigma? Si profundizas en tecnicismos, verás que existen múltiples
enfoques para este concepto, pero casi todos abordan la idea de un esquema, un marco
teórico o un modelo o ejemplo. Para lo que nos interesa, diremos que un paradigma
es un mapa. Una guía de conceptos, experiencias y conocimientos almacenados y
fijados en nuestra mente y personalidad que le aportan dirección y sentido a
nuestro “caminar” en la búsqueda de
alcanzar una meta u objetivo. Con esto
claro: ¿Por qué tanto énfasis en la
importancia de los paradigmas?
Imagina por un momento que eres un turista en la ciudad de
París e intentas llegar a una dirección específica, pero el mapa que estás
utilizando pertenece a la ciudad de Nueva York. ¿Qué tan probable es que llegues
a tu destino sin dificultades? O imagina que, en efecto, tienes un mapa de París,
pero del año 1900. Lo mismo ¿verdad? En el mejor de los casos llegarás a costa
de un esfuerzo innecesario, en el peor, no llegarás. Esa es, en esencia, la
importancia de los paradigmas. Los paradigmas son nuestro conjunto de
direcciones, nuestros mapas, destinados a conducirnos a través de las múltiples
opciones posibles que llevan a alcanzar aquello que queremos lograr. De tener
los paradigmas adecuados depende gran parte de nuestro nivel de bienestar en un
momento determinado. Pero ¿qué pasa si nuestras referencias están viciadas por
prejuicios, por un entorno negativo o están simplemente desactualizadas? Un
mapa incorrecto no ayuda, entorpece. Además, no tener un mapa actualizado nos
hará sentir perdidos, desorientados, y no nos permitirá sacar el máximo provecho
de las situaciones actuales.
Stephen Covey en su libro “Los 7 Hábitos de la Gente
Altamente Efectiva” menciona: “Todos
tenemos muchos mapas en la cabeza, que pueden clasificarse en dos categorías
principales: mapas del modo en que son las cosas, o realidades, y mapas del
modo en que deberían ser las cosas, o valores” Es obvio, que la mayor parte
de los “errores” en nuestros mapas viene de la discrepancia entre estos dos
tipos de paradigmas, pues muchas personas no se preocupan en indagar acerca de
la exactitud del paradigma bajo el cual vive sino que asume que es el correcto.
En los siguientes artículos de este blog estaremos analizando
alguno de los mapas incorrectos que las personas usan diariamente. Por ejemplo:
· “La vida es una lucha”
· “El éxito consiste en alcanzar las metas”
Te invitamos a compartir tus comentarios y experiencias
sobre este tema con el formulario que se encuentra debajo de esta entrada.
Éxitos.
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