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martes, 15 de julio de 2014

REVISAR NUESTROS FAROS



“Dos acorazados asignados a la escuadra de entrenamiento habían estado de maniobras en el mar con tempestad durante varios días. Yo servía en el buque insignia y estaba de guardia en el puente cuando caía la noche. La visibilidad era pobre; había niebla, de modo que el capitán permanecía sobre el puente supervisando todas las actividades.

Poco después de que oscureciera, el vigía que estaba en el extremo del puente informó:"Luz a estribor".

"¿Rumbo directo o se desvía hacia popa?", gritó el capitán.

El vigía respondió: "Directo capitán", lo que significaba que nuestro propio curso nos estaba conduciendo a una colisión con aquel buque.

El capitán llamó al encargado de emitir señales."Envía este mensaje :Estamos a punto de chocar; aconsejamos cambiar 20 grados su rumbo".

Llegó otra señal de respuesta: "Aconsejamos que ustedes cambien 20 grados su rumbo".

El capitán dijo:" Contéstele: Soy capitán; cambie su rumbo 20 grados".

"Soy marinero de segunda clase - nos respondieron- Mejor cambie su rumbo 20 grados".

El capitán ya estaba hecho una furia. Espetó: " Conteste: Soy un acorazado. Cambie su rumbo 20 grados"

La linterna del interlocutor envió su último mensaje: "Yo soy un faro"

Cambiamos nuestro rumbo”

Tomado de la revista Proceedings, por Frank Koch. 



         Nuestros paradigmas acerca de cómo deberían ser las cosas afecta directamente nuestra percepción de la realidad. Cuando existe una discrepancia entre como nosotros creemos que son las cosas y como son en realidad, con frecuencia no obtenemos los resultados esperados, a pesar de estar realizando un esfuerzo y de tener claro el objetivo. Un paradigma correcto, un mapa correcto, nos ayudara a identificar con mayor facilidad las oportunidades y así como las amenazas ¿Es posible que nos este ocurriendo lo mismo que al capitan del relato?¿Qué ocurre cuando etiquetamos una oportunidad como amenaza o una amenaza como oportunidad? Para la reflexión.

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